El labio se siente gordo, lo frío y lo caliente han dejado de existir, muerdo y muerdo y no duele.. en este momento alguien podría soltarme una bofetada y me reiría en su cara.
Ir al dentista puede ser generalmente una experiencia desagradable y más cuando se trata de tapar alguna muela o algo complicado que involucre más de dos sonidos distintos de taladro. Haciendo quien sabe qué en tus dientes y expiendo un olor a quemado, algo así como cuando perforas metal.
La anestesia se ha ido pasando poco, ahora puedo sentir las consecuencias de jugar a mordisquear mi piel dormida sin dolor alguno... al final la recompensa es una boca sana y agradable.
Así funciona el corazón.
Juegas a querer, juegas a odiar, juegas a lastimar y juegas a amar.
Cuando la revoltura de sentimientos y emociones se asientan queda al frente un desajuste, un caos, confusión, .. un desmadre resultado de tanta mezcla alocada, que no es vana. Entonces brilla el ideal, por encima de todo lo demás. Siempre estuvo ahí, pero necesitamos equivocarnos para darnos cuenta que al final volvemos a encontrarnos con nosotros mismos en una palabra, en un sabor, en un aroma, en una mirada..
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