Unos meses después recibo respuesta del mismo Jorge Aranda, autor de tan bellos y significativos grabados.
"Cuando realizo mi trabajo me preocupa mucho no poder trasmitir mi idea o emoción sea buena o mala", dijo en su correo, "encontrar personas sensibles como tu nos alienta a seguir".
Adjunto en el e-mail, un extraordinario obsequio:
